El AnCom tolera (mas bajo ninguna circunstancia apoya) otras formas de gobierno, pese a su intención de eliminar el estado, siempre y cuando las mismas respeten los principios de la libertad de expresión y no limiten la capacidad humorística ni propongan restricciones o censuras a la comedia. En un contexto donde el AnCom no ha triunfado, se promueve el respeto y tolerancia hacia otros partidos/posturas y la coexistencia pacífica entre las mismas siempre y cuando el humor pueda prosperar. Por lo mismo, y porque como ya se ha aclarado no somos una ideología revolucionaria ni violenta, aclaramos nuevamente que nos oponemos al estado no por contrariedad ideológica sino porque consideramos que pone trabas a la creatividad y humor. Sin embargo, se tolerará la existencia del estado y otras formas de gobierno si esto no sucede hasta que el AnCom logre superarlos. Consideramos que esto aplica bajo los gobiernos democráticos.

Consideramos que el humor no puede prosperar bajo gobiernos autoritarios y por ende no podemos compartir sus visiones ni mucho menos compartir espacio en una régimen de tal índole, pues limita de manera masiva la capacidad de expresión e indirecta o directamente, la comedia, y por lo mismo estarán siempre mal vistos.

Siempre y cuando se respete la libertad humorística y no se oponga censura, la lógica y mecánica del AnCom aplicaría de manera similar al primer punto tratado en esta entrada. Hay varios ejemplos de diversas monarquías permitiendo una gran libertad de expresión respecto al humor o formas de entretenimiento en general.

Resulta evidente la conclusión de que el anarco-comedismo deberá adaptarse al contexto histórico/sociocultural, que siempre tiende a variar y mutar. De todos modos, siguiendo la misma idea de [1. SOBRE EL ESTADO] consideramos que independientemente de esto, es una ideología que puede llegar a progresar sin mayores problemas basándose siempre en la coexistencia y prosperidad de las risas.