Similar a la entrada anterior, se acepta y promueve el humor negro (ya que suele ser esto en esencia) o con propósito humorístico siempre y cuando su intención no sea otra más que la de provocar risas y reflexionar incluso, más no será bien visto si se utiliza como manera de perpetuar actos de odio, discursos de odio, etc. que no sean irónicos y busquen dañar y perjudicar a otro o a un grupo específico de personas. No debe utilizarse el odio humorístico para fomentar la violencia real contra alguien nunca.

Cualquier ideología extremista o corriente de pensamiento que se base en el odio será totalmente condenada por nuestra ideología y mal vista. Nuevamente tomamos como ejemplo el Nazismo e ideas similares, donde criticamos firmemente que las mismas promuevan el odio, la discriminación, la violencia, la persecución etc.

El humor puede ser utilizado como una herramienta, algo que hemos dejado claro varias veces en este manifiesto. También en este contexto puede usarse la comedia para ridiculizar las absurdas ideas del odio, mostrando su incongruencia e inclusive peligrosidad, mientras ayuda a entender por qué evitar tales extremos y difundir de manera divertida y pacífica una crítica hacia estas posturas. Esto también nos lleva a que gracias al humor es posible llegar a momentos de reflexión que ayuden a entender los peligros del odio y la importancia de destacar el respeto, promoviendo la comprensión, la tolerancia y la empatía. Es posible entonces utilizar la sátira para conscientizar a las personas y demostrar los fallos de estas posturas mientras a su vez se evita oprimirlas mediante la censura.