--RELEVANCIA SOCIAL--
Como hemos aclarado al inicio del manifiesto, el AnCom asigna relevancia
social a los individuos en base a que tan graciosos sean y que tan bien
dominen el humor y la comedia en general, valorando a quienes son capaces
de generar risa, entretenimiento y diversión, todas cualidades deseables y
favorables en el sistema. ¿Pero que sucede cuando esto no se cumple?
--EXCLUSIÓN--
Como abogamos por la no violencia aviso desde ya que la exclusión de la
gente que no de risa, o UNFUNNYS se trata de una expresión más que un
acto, pero interpretaciones más radicales del anarco-comedismo pueden
variar en este punto y elegir otro tipo de soluciones. En lo que concierne a
este manifiesto, cualquier tipo de violencia hacia este grupo es igualmente
rechazada, al fin y al cabo, ya tienen su castigo al ser marginados de la
sociedad de comediantes. Dejarlos de lado se basa en una cuestión de dar risa
o no, y no debemos nunca rechazar a nadie en base a características
personales, físicas etc. Dicho esto, los UNFUNNY o gente que no de risa serán
excluídos y minimizados, puesto que no tienen nada que aportar a la utopía
humorística, careciendo entonces de función para los objetivos del AnCom y
no teniendo provecho alguno que explotar ni característica alguna que
destacar. En este grupo entrarán los que he criticado en [14] o [9], por
ejemplo. Quienes fallen en adaptarse a los diversos tipos de humor y opten por
seguir ofendiendose ante las diversas muestras del mismo también serán
considerados UNFUNNYS.
--PARTICIPACIÓN EN LA SOCIEDAD--
Su participación se verá enormemente reducida o de plano nulificada. La
interacción con los comediantes y humoristas no resultaría de provecho
alguno puesto que los unfunny no tienen absolutamente nada que
contribuirles, y representan entonces una pérdida de tiempo andante que
debe ser evitada por quienes dominan el concepto de humor.
--IRRELEVANCIA DE OPINIÓN--
Los unfunny carecerán de relevancia al momento de expresar u opinar sobre
algo, puesto que su persona no tiene peso alguno en la sociedad y por ende
cualquier tipo de comentario resulta menos relevante que el de alguien
gracioso. No por esto quiero decir que lo que digan debe acallarse, pero es
evidente que no tendrán jamás el mismo tipo de importancia que la gente que
verdaderamente logre causar risa.